A la altura del trópico de capricornio, entre los 3.500 y los 4.700 metros de altura, se encuentra esta inmensa lengua salina que se angosta hacia el sureste por la formación de un brazo occidental de Los Andes conocido como Cordillera de Domeyko. Entre ambos cordones emerge el Salar de Atacama.
Ruta altiplánica de integración
Es una carretera en construcción que unirá Cuzco con San Pedro de Atacama, siguiendo los vestigios del antiguo y monumental Camino del Inca. En el sector chileno, el proyecto une Visviri con San Pedro de Atacama. Son más de 900 kilómetros en una zona también conocida como el Gran Despoblado de Atacama.
Por el norte, la localidad clave es Putre; un pequeño pueblo a 149 kilómetros al este de Arica, que se está transformando en el nuevo San Pedro. No faltan allí residenciales, hoteles y empresas de turismo aventura que organizan paseos a puntos destacados de la zona, por ejemplo a las pinturas rupestres.
Tramo I: Visviri-Parinacota
En total son 91 kilómetros La ruta avanza hacia el sur y pronto aparecen los trabajos de piscicultura en el río Caquena. Las lagunas de Parinacota y Cotacotani reflejan las nubes en el cielo y entonces se llega al Lago Chungará, la atracción más fotografiada de la zona.
Tramo II: Parinacota-Salar de Surire
Siempre entre los 3.500 y los 4.450 metros sobre el nivel del mar, la ruta avanza desde el pueblito de Parinacota hacia el Salar de Surire. Parinacota se encuentra a 42 kilómetros de Putre y a 4.392 metros de altura. Sólo habitan la localidad 149 personas, un pueblo de origen pre-hispánico, ubicado en la antigua ruta Arica-Potosí. Declarado zona típica, actualmente es un Monumento Nacional que recibe al visitante con su antiquísima iglesia, construida en el siglo XVII, y reconstruida en piedra en 1789. En el interior, los muros muestran impresionantes pinturas del siglo XVII y una mesa permanece curiosamente amarrada por los lugareños, quienes aseguran que está embrujada.
El monumento natural Salar de Surire se ubica a 266 kilómetros al sureste de Arica, y a 4.245 metros de altura. Es un gigantesco salar de 11 hectáreas, en el medio del cual se encuentra el cerro Oquealla, de 4.322 metros. Aunque el clima es extremo, con 15 grados C bajo cero por la noche y 5 grados C en el día, en el lugar habitan múltiples especies y se destacan los ñandúes o avestruces americanas. Un obsequio de la naturaleza son tres tipos de flamencos, de los seis que hay en todo el planeta; además de camélidos como vicuñas, llamas y alpacas. Las aguas termales de Polloquere invitan a relajarse después de tan rudo viaje.
Tramo III: Salar de Surire-Colchane
La ruta altiplánica atraviesa en este tercer tramo las termas de Enquelga, los volcanes Isluga, Sajama y Cibaray, el portezuelo Capitán, el Paso de la Sierra de Uscana, el Parque Nacional Isluga, la Laguna Arabilla y el río Islugaramo.
Cerca de Colchane se encuentran las Termas de Puchuldiza con baños de barro y piscinas de aguas temperadas entre 30 y 85 grados. En invierno, el frío convierte las fumarolas en verdaderas espigas de hielo que alcanzan los diez metros de altura.
Tramo IV: Colchane-Ancuaque
Poco conocido, el Salar de Coipasa tiene 70 kilómetros de largo y se ubica justo en la frontera entre Chile y Bolivia. De sus 2.218 kilómetros cuadrados, casi la totalidad está en territorio boliviano. Por eso se lo considera el segundo salar más grande de Bolivia, después del de Uyuni. Del lado chileno se pueden conocer 25 kilómetros cuadrados.
Se sugiere visitar Cariquima y conocer a sus famosas tejedoras; los cerros altos de Chuncaroni y Quetaine, la pampa de Suri y la Laguna de Villablanca.
Tramo V: Ancuaque-Lirima
Aquí el atractivo es la antigua iglesia de adobe del pueblo de Ancuaque. El viaje continúa hacia el portezuelo de Picavilque a 5.100 metros de altura, para descender luego observando a lo lejos el Salar de Huasco. Más tarde la ruta llega hasta el pueblo de Lirima, formado en los años 80 por familias aymaras que emigraron desde Cariquima para preservar sus tradiciones. En Lirima llaman la atención los tejidos de lanas hiladas y teñidas con procesos artesanales.
Tramo VI: Lirima-Ujina
Este tramo es una antigua senda utilizada por aymaras provenientes de Bolivia para alimentar a sus animales y comercializar sus productos. Se trata de un tramo hermoso y frío que bordea el Salar de Coposa y sus extrañas formaciones geológicas.